Pocas veces cuatro paredes pueden llegar a transmitir tanto como las que conforman la vivienda que os traemos hoy en el blog. Y es que pocos espacios tienen el privilegio natural de estar situados a pie de mar en la cala La Barraca, de Jávea. Los orígenes marineros de su construcción, junto con el blanco purificador y el tono azulado de su carpintería transmiten un nivel de calma, tranquilidad y frescura difícilmente superable. Si a todo esto le sumamos un mobiliario y unos textiles con una sencillez que roza lo extremo, pero que a la vez aportan un estilo que casa a la perfección con el entorno y la arquitectura, dotan a esta casa del premio a la “casita” del verano para dar amïna.