Hoy queremos enseñaros una espacio que consideramos que tiene alma, ya que las piezas que lo integran han sido seleccionadas por sus propietarios, configurando así una vivienda ecléctica que tiene mucho que decir. No se trata del típico salón dispuesto con una distribución anteriormente pensada, todo lo contrario, es versátil y se adapta a cualquier reunión familiar posible. Además de tener muchos asientos, poufs y butacas que pueden moverse y distribuirse de cualquier manera posible, nos llama la atención la mezcla entre vintage, étnico y escandinavo. Tan pronto podemos encontrar un cojín bereber sobre una de sus butacas, una alfombra kilim, o muebles de herencia familiar recuperados…

A mi me resulta una rincón que dice mucho de sus propietarios, acogedor y vivido…
Por cierto, ¿no os parece muy gracioso ese móvil con forma de pececitos?