Si hay algo que nos fascina en las cocinas es el frente recubierto con azulejos o ladrillos blancos. Les aporta un toque bohemio y marroquí que nos tiene conquistados.

Nuestra propuesta de hoy es un conjunto de imágenes con inspiración Noretnic, que nos sorprenden con irresistibles paredes sobre las que una simple balda realza su sencillez, soportando tazas, cuencos y otros objetos que impregnan de carácter el conjunto. Una evocadora muestra de cómo los espacios sencillos pueden llegar a convertirse en los lugares más animados y vividos de toda la casa. Sin grandes estridencias, lo justo para pasar el rato entre fogones, y disponer de todo lo necesario a mano…

Nos gustan los azulejos blancos en esta estancia de la casa, sinónimo de limpieza y pulcritud.
Y vosotros, ¿apostáis por este tipo de azulejos en la cocina?