Hoy queremos enseñaros una sala que nos ha llamado la atención por la decoración sutil y de cierto aire Noretnic. Se trata de un espacio preparado para la recepción de los invitados de una boda, que no ha podido gustarme más ya que en ella podemos encontrar diversos objetos que la hacen acogedora y diferente. El toque de sencillez y naturalidad lo ponen las plantas y las flores, imprescindibles en toda celebración de estas características, los cojines tipo kilim que crean esa atmósfera étnica que siempre buscamos y por supuesto los pequeños faroles de metal que decoran sobre la mesa y que contribuyen a crear un clima bohemio y estiloso.

Me gusta mucho la combinación de elementos y las tonalidades empleadas. ¿Y a vosotros?