Con estos calores propios del mes de julio, no se nos ocurre otra idea que disfrutar de los espacios abiertos, de los maravillosos parajes y lugares que nos ofrece la naturaleza. Por eso hoy, queremos homenajear estos espacios y gritar a los cuatro vientos nuestro amor y nuestra pasión por ella…
Hemos seleccionado un ambiente encantador, podría ser perfectamente el escenario de una boda, con elementos acordes a la sencillez de la playa y el mar como es el mobiliario escogido. Basta un poco de gracia y creatividad para lograr un encuentro romántico y a la vez sencillo que no olvidaréis jamás…
El horizonte y el sonido del mar serán los testigos de una boda singular y familiar.


¿Os gustan tanto como a nosotros las bodas diferentes o preferís las más convencionales?