Esta singular vivienda no se  encuentra en el corazón de una Medina Marroquí, sino en Sant-Maurice, muy cerca de París. Su propietario la compró cuando estaba casi abandonada y comenzó su  rehabilitación, adquirió muchos de los materiales en sus viajes por Marruecos.
A la entrada, su puerta tachonada azul nos transporta a un pequeño pueblo de montaña situado en el Rif: Chefchaouen, del que también son los azulejos,  cuadros, alfombras, cojines… El combinado de elementos árabes y rústicos con la aportación de los pigmentos azules propios de la zona  hacen que nos sintamos como en pleno Marruecos. En el pasillo podemos apreciar la colección de manos de Fátima del propietario que le traerá suerte y prosperidad.
Yo la encuentro fascinante,me encanta la sensación que tengo al ver las fotografías y pensar que estoy dentro de un Riad con mucha historia, además creo que son los colores perfectos para el verano.
Y vuestros colores preferidos para decorar la casa esta temporada, ¿cuáles son?

Fotos: Le Journal de la Maison.