De mi estancia en Marruecos, me gustaría enseñaros lo que ha sido para mí como un sueño, Dar Bensouda. Se trata de un hotel en mitad de la bulliciosa medina, pero que goza de un enclave maravilloso y único. Atrapados en las callejuelas de esta ciudad, Dar Bensouda aparece como un oasis de tranquilidad, serenidad y sosiego.

Su decoración sencilla y a la vez acogedora emplea elementos antiguos que han sido restaurados en su gran mayoría: puertas de madera pintadas a mano, barandillas talladas, armarios y demás mobiliario. Sin duda, lo que más impresiona es la arquitectura del edificio, un antiguo palacio marroquí que conserva el atractivo de lo árabe: un gran patio, mosaicos, escayolas y maderas pintadas.

Desde su azotea tenemos una vista panorámica de toda la ciudad, mientras escuchamos la llamada al rezo desde los minaretes de la Medina. No hace falta deciros que os recomiendo enormemente este riad si tenéis pensada una escapada a Fez.