Últimamente nos ha dado a todos por desterrar los colores azules y rosas de los dormitorios infantiles, a decir verdad nunca me ha gustado esa forma de hacer distinciones entre niños y niñas y huyendo de esos dos tonos he encontrado la solución perfecta. Una base blanca combinando mobiliario en acabados naturales, con una distribución sencilla y destacando únicamente los textiles, juguetes y pequeños complementos en las tonalidades escogidas, que por mi parte pueden ser mezcladas incluso llegando a ser estridentes… una pizca de fucsia, amarillo o morado en ellos puede dar mucho protagonismo a un espacio infantil. Me gusta este espacio por su capacidad para integrar algunos complementos marroquíes muy funcionales.

¿No os parece  maravillosa la inmensa alfombra de lana marroquí  y los cojines kilim para decorarla?