Como si de una playa se tratase, estas imágenes nos inspiran frescura y relajación. Nada más allá que la naturaleza misma puede transmitirnos estas sensaciones…
Nos gusta hasta el verdín que brota desde las entrañas de la salida de agua, sus tonos se entremezclan en el fondo con tonos aguamarinos que nos evocan tranquilidad. Tan solo unos pequeños cantos rodados y unas conchas pueden hacernos partícipes de este lugar tan especial que puede presumir de ser un espacio puramente sostenible.
Tenemos predilección por la segunda imagen, en la que presenciamos un aplique marroquí hecho de forja y piel, aunque todas ellas nos fascinan, llegándonos a cautivar.

¿No os parece un lugar maravilloso?