Seguro que estos días, todos vamos buscando la frescura de los patios interiores, siempre y cuando se presenta la ocasión, claro. Hoy queríamos destacar estos rincones, que aunque no tengan la consideración técnica de “exteriores”, si poseen las cualidades de cualquier espacio al aire libre, además con el valor añadido que ofrecen la intimidad y el frescor de su arquitectura. Si, como en este caso, sumamos unos arcos arabescos, un precioso suelo hidráulico y una compañía tan agradable como este perro labrador, se puede convertir en el patio deseado por muchos.

A nosotros nos ha cautivado, ¿y a vosotros?