Llevamos  mucho tiempo recorriendo hogares nórdicos, blancos, impolutos, elegantes y con ciertos aires marroquíes, reflejados en las mesas compuestas por bandejas talladas en aluminio y patas de madera. Lo único que las diferencia es que éstas son pintadas en color blanco. Una idea estupenda para conseguir dotar de más protagonismo a los objetos que sobre ella se muestran, en este caso, un par de portavelas en cristal y un pequeño jarrón. El resto de la estancia es sencilla, combinando tonos poco estridentes que invitan a descanso…

¿Os gustan las mesas típicas marroquíes?