Hoy me voy a dedicar a mostraros una casa puramente mediterránea. El diseñador de interiores Annick Lestrohan ha rediseñado el interior de esta vivienda para convertirla en una alegre y confortable casa de vacaciones, con un acabado de cemento blanco ha conseguido dar a toda la vivienda la sensación de uniformidad que deseaba, pinceladas blancas se mezclan con colores vivos en los complementos. Las puertas, hechas con ramas de eucalipto son un claro ejemplo de sencillez y simplicidad. Los complementos en tonos verdes, adquiridos en Marruecos (cómo no), le dan un toque fresco a las estancias. Lo que más me gusta es la simplicidad que transmite. ¿No os parece un lugar maravilloso?