La vivienda que hoy os quiero mostrar se configura como un espacio diáfano, cargado de eclecticismo y de objetos decorativos procedentes de los lugares más insólitos. El gris adquiere protagonismo en forma de textiles, que combinados con piezas étnicas dan carácter a los espacios. El salón resulta elegante y versátil, con dos puestos de trabajo  y un enorme sofá que preside la estancia. Nada está puesto al azar, la alfombra de yute bajo una pequeña puerta que tras haber sido restaurada actúa ahora como mesa de centro. El detalle de la lámpara árabe llama nuestra atención ya que combina a la perfección otras de estilo más moderno. Os invitamos a visitar el resto de la casa…

¿Qué os parece la mezcla de tonalidades grisáceas con ocres y tierras? ¿Verdad que la esencia africana puede respirarse gracias a ella?